Una aplicación comunica sus necesidades de calidad de servicio (QoS) al entorno de tiempo de ejecución especificando calificadores de servicio. Estos gobiernan la interacción entre un cliente de servicio y un servicio destino.
Pueden especificarse calificadores en referencias a componentes de servicio, interfaces e implementaciones. Puesto que la declaración de los valores de QoS es externa a una implementación, puede cambiar estos valores sin cambiar la implementación o establecerlos de manera diferente cuando se utilizan varias instancias de la misma implementación en distintos contextos.