Algunos sistemas operativos utilizan intervalos de tiempo de hasta 200 milisegundos, que resultan demasiado largos en el caso de que se puedan planificar numerosas hebras. La reducción del intervalo de tiempo máximo de 10 a 30 milisegundos puede ser de gran ayuda, ya que permitirá que se ejecute un mayor número de hebras por segundo a través de las unidades centrales de proceso (CPU) disponibles. Esta acción puede reducir la latencia de planificación a costa del retraso de las hebras que requieren más de 10 milisegundos para completarse. Es posible que sea necesario realizar algún ajuste específico de la aplicación, pero antes pruebe valores distintos para ver qué funciona mejor con la aplicación. Es posible que haya más cambios de contexto, pero la mayoría de los microprocesadores modernos son capaces de miles de millones de instrucción por segundo.
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