Incluir las prácticas de prevención de errores como parte del diseño de la aplicación significa implementar unas técnicas de diseño específicas y utilizar las posibilidades del producto para evitar los errores del sistema y de la aplicación.
Un potente y completo sistema de gestión, que incluya directrices arquitectónicas y de diseño y unos estándares apropiados combinados con revisiones y puntos de comprobación, es esencial para crear el tipo correcto de aplicación.